Material informativo y preguntas frecuentes

Sugerencias de abordaje de respuestas.

Un día grabado a fuego, polvo y dolor

El martes 17 de marzo de 1992 la historia de nuestro país cambió para siempre. Argentina ingresó en la agenda del terrorismo internacional cuando a las 14:45 una camioneta Ford F-100 cargada de explosivos, se estrelló contra el edificio de la Embajada de Israel, ubicado en la calle Arroyo 910 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En el ataque murieron 29 personas y 242 resultaron heridas, y aunque el objetivo principal fue la sede diplomática israelí, entre las víctimas había personas de 6 nacionalidades distintas, ya que el coche bomba también causó destrozos en edificios cercanos, como una iglesia, una escuela y un hogar de ancianos, entre otros.
Dos días después del ataque, la sociedad se unió en un reclamo espontáneo por el esclarecimiento del atentado y la búsqueda de justicia, en una manifestación que reunió a más de 100.000 personas marchando desde el obelisco hasta la calle Arroyo. Hasta el día de hoy no se han detenido a los culpables. El atentado sigue impune y las víctimas, sus familiares y la sociedad toda siguen reclamando justicia.

Plaza “Embajada de Israel” en memoria de las víctimas del atentado

Para no olvidar el horror que arrancó de raíz 29 vidas y para honrar así a las víctimas, el 17 de marzo de 2000 se inauguró en el mismo predio donde se ubicaba la misión diplomática israelí, la Plaza “Embajada de Israel”. Este sitio se erigió durante años como el punto de reunión de familiares y sobrevivientes para mantener vivo el recuerdo de las víctimas. El espacio, cargado de elementos simbólicos como las piedras, el agua, los árboles y los juegos de luces y sombras, conserva intacto el muro medianero, tal cual como quedó tras la explosión, como una suerte de cicatriz arquitectónica que nos recuerda una herida histórica abierta. En esa esquina hubo un edificio que ya no está, vidas que ya no están. Trabajo, compromiso, risas y, abrazos.

Preguntas frecuentes y no tan frecuentes